lunes, 24 de julio de 2017

Canadá,Peninsula de Gaspé.


Entramos en la provincia de New-Brunswick. Su costa de levante presenta un paisaje llano, largas playas y pueblecitos al borde del mar.







La costa baja y arenosa, protegida a lo lejos por una barrera de dunas, es propicia para el cultivo de ostras.




Llegamos a la Duna de Bouctouche, una lengua de arena que se extiende a lo largo de 12 kilómetros y conforma un parque natural y protegido.







En el centro de interpretación nos hablan de la dureza de los temporales en invierno, que se han llevado por delante varias veces estas instalaciones. Nos dicen que hay que querer vivir allí cuando acaba el buen tiempo y la supervivencia se convierte en una cuestión más que invernal, infernal.




Siguiendo la costa llegamos al Parque Nacional de Kouchibouguac, un bosque con lagunas, dunas y marismas al borde del mar.







Es muy propicio para hacer un recorrido en bicicleta y además hoy hace un día de sol esplendido. En el centro de interpretación nos han dicho que podemos ver osos negros, así que nos lanzamos en su búsqueda.







Después de muchos kilómetros, osos no vemos, pero la naturaleza siempre te da una alegría si la sabes observar y descubrimos como dos puerco espines trepaban a lo alto de unos árboles. Era el último lugar donde imaginábamos verlos.







Una pasarela sobre las marismas conduce a la playa.




Acampamos en esta verde pradera junto al mar y a unos modernos tipis. Muy cerca tenía su madriguera una marmota.







La siguiente parada es en el pueblo de Campbellton.







Al día siguiente cruzamos la bahía de les Chaleurs y entramos en la Península de Gaspé, perteneciente a la provincia de Quebec.




Hasta ahora está siendo fácil encontrar buenos sitios para pasar la noche, como en esta lengua de arena entre dos mares.







Veníamos muy ilusionados por la información que teníamos sobre esta península, esperábamos encontrar una zona poco poblada, con numerosos parqués naturales, y la realidad es otra, una zona muy turística donde los pueblos se suceden sin interrupción.







Los canadienses deben de ser muy aficionados al camping. Es fácil ver enormes caravanas junto a sus casas, en espera de las vacaciones.







Vamos recorriendo la carretera que circunda la península por el sur. En Port-Daniel nos desviamos hacia el interior para conocer su reserva faunística.







En realidad esta reserva es un coto de caza y pesca. Aquí vienen a pescar la trucha y el salmón en sus distintos ríos y lagos.







También cazan osos negros para equilibrar el sistema, ya que si no terminarían con los alces. Nosotros no conseguimos ver ninguno de ellos, pero el paisaje era realmente atractivo.







Esta reserva se recorre por pistas con el vehículo, salvo una ruta que se puede hacer a pie a lo largo del rio Port-Daniel.










Esta vez tuvimos la suerte de encontrarnos con un joven ciervo que nos dejo fotografiarlo.







La carretera continúa pegada a la costa mostrándonos bonitas playas con las casas típicas de madera.




Llevamos recorridos 250 kilómetros de la costa sur, cuando llegamos al pintoresco cabo de Percé, con su emblemática isla de farallones rocosos.




 



Paseamos por su recogido puerto y sus turísticas playas.







Desde que entramos en la provincia de Quebec, encontramos numerosos áreas de descanso municipales, que son ideales para pasar la noche.




El parque de Forillon está en la punta más al este de la península de Gaspé. No hemos comentado todavía que este 2017 se celebra el 150 aniversario de la constitución de Canadá y todos los parques nacionales tienen el acceso gratuito.







Estaba muy recomendado por las distintas guías y para nosotros tuvo poco interés. Solo pudimos hacer un recorrido a pie por la famosa ruta de los Apalaches.










Y otro en bicicleta hasta la punta del faro.







En este faro empieza o termina el famoso sendero internacional de los Apalaches que cruza 14 estados americanos, empezando en Georgia y terminando en esta península en Canadá, a lo largo de unos 4455 km.




Mapas del recorrido.







Filopensamientos y otras cosas………….

Reflexiones sobre el Canadá Atlántico:

Geológicamente hablando, se trata de una de las tierras más viejas del mundo, desde que comenzaron a nacer los continentes, hace más de 1000 millones de años. Esto se traduce en montañas onduladas y redondeadas por la erosión que raramente alcanzan los 1000 metros de altura.

Las provincias de Nueva Escocia, New Brunswick y Quebec fueron las primeras en recibir colonos europeos y por lo tanto son las más pobladas y un poco menos salvajes.
Hasta ahora Terranova es lo que más nos ha impresionado, por sus gentes y sus paisajes. Allí hay que ir al principio o al final de su largo inverno para captar su cara más dura y al mismo tiempo más bella.

Por otro lado el nivel de vida de los canadienses es alto y en lo primero que lo notamos es en la compra de alimentos, entre un 30% y un 40% más caro que en España. Esto se compensa con el precio del gasoil que oscila entre 0,70 a 0,76 euros/litro.